10 de octubre de 2010

¿Somos los seres humanos carnívoros o vegetarianos por naturaleza?

por carlota elena guerrero
No sabemos cuándo han comenzado los humanos a ser carnívoros ni por qué, pero lo cierto es que el ser humano no ha sido diseñado por la naturaleza para comer carne y su anatomía así lo demuestra.

La constitución anatómica del ser humano guarda similitud con la de los animales vegetarianos y dista mucho de parecerse a la de los animales carnívoros.
He aquí algunas de las diferencias que existen entre los animales comedores de carne y los que no lo son:
Los animales carnívoros poseen colmillos fuertes y muy afilados para desgarrar la carne. Los animales herbívoros poseen sólo molares planos para triturar cereales, raíces, etc.; los animales frugívoros como los monos y el ser humano poseen colmillos muy rudimentarios que les permiten romper nueces y comer frutas.
  Los animales herbívoros al igual que el ser humano poseen un movimiento lateral de las mandíbulas para moler vegetales. Los animales carnívoros carecen de este movimiento.
Los intestinos de los animales carnívoros son cortos en relación con los de los animales vegetarianos. Los primeros tienen intestinos tres veces el largo de su cuerpo; los segundos, como el ser humano, llegan a tener intestinos de hasta 10 veces el largo de su cuerpo. La razón es que la putrefacción de la carne comienza en el momento mismo de morir la presa por lo que después de ser ingerida debe abandonar el cuerpo lo más pronto posible para no intoxicar al depredador. La digestión de los granos y otros vegetales requiere más tiempo de permanencia en el cuerpo sin tener el peligro de la putrefacción.
La saliva de los animales vegetarianos y del ser humano tiene un ph alcalino, mientras que la de los animales carnívoros es ácida, apropiada para digerir carne.
Si bien los jugos gástricos de ambos animales son ácidos, en el caso de los animales carnívoros estos jugos son cuatro veces más ácidos.

El instinto de los animales carnívoros les hace apetecer carne, provocándoles una insalivación espontánea la vista de un animal muerto. Los seres humanos no segregan saliva ante la visión de un cadáver animal sino que más bien les provoca rechazo y asco. Por ello es que las personas condimentan muy bien los platos de carne y muy raras veces la comen cruda. Pero sí es normal que los seres humanos segreguen saliva o sientan deleite cuando ven hermosas frutas en los árboles o frescas verduras en un huerto.
Tal es la limitación de nuestra anatomía para ingerir carne que en realidad el ser humano sólo come los músculos y excepcionalmente algunas entrañas. Pero no come los huesos, ni la piel, ni las plumas como lo hacen los animales carnívoros de verdad.

Existe una razón ecológica por la que no se debería comer carne:
Si las tierras de pastoreo se usaran para cultivar cereales se terminaría con el hambre en el mundo. 
He aquí un dato: "Sólo en EEUU el 91% del maíz, el 77% de la harina de soya, el 64% de la cebada, el 68% de la avena y el 99% de las cosechas de sorgo se usan para alimentar ganado" (Datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos).
Más datos:  "Se calcula que 800 millones de personas en el mundo están al borde de morirse de hambre, mientras se dan a comer granos y legumbres a los animales que serían suficientes para salvar esas vidas. La cría de ganado y el cultivo intensivo convierten la tierra en desiertos, lo cual representa una amenaza grande a la supervivencia de la vida misma en nuestro planeta." (People for the Ethical Treatment of Animals - PETA)

Muchas veces se piensa que una dieta vegetariana puede resultar carencial y debilitante. Esto no es así y basta con observar la naturaleza para darnos cuenta de ello. El elefante, el toro, el caballo, entre otros, son animales muy fuertes y sólo comen pasto. El caballo es el animal más fuerte que existe de acuerdo a su tamaño y peso por eso la fuerza de un motor se mide en caballos de fuerza.

Los seres humanos guardamos mucha similitud con los chimpancés y al igual que ellos hemos sido diseñados por la naturaleza para alimentarnos de cereales, frutos y vegetales, de allí obtenemos nuestra fuerza.
Los animales carnívoros no son más fuertes sino más agresivos. Las personas que comen carne se vuelven también más agresivas.

La persona vegetariana consigue las proteínas a partir de legumbres como la soja o combinando cereales con legumbres o diferentes legumbres entre sí. Estas combinaciones nos brindan los ocho aminoácidos esenciales que forman las proteínas.
Los vegetales nos ofrecen proteínas de primerísima calidad, permitiéndonos ingerir la energía solar absorbida por las plantas directamente de ellas; en cambio al comer carne esta energía nos llega de segunda mano a través de la carne de los animales muertos.
Los ovo-lácteo-vegetarianos obtienen las proteínas también del huevo y los productos lácteos.

Otra razón importante para no comer carne es que no es necesario sacrificar vidas animales para alimentarse pudiendo hacer uso de los vegetales que son formas de vida menos desarrolladas. No nos comeríamos a nuestro perro o a nuestro gato, el sólo hecho de pensarlo nos pone mal, entonces por qué comernos una vaca o un cerdo o un conejo!

 “Somos lo que comemos” decía Hipócrates, el padre de la medicina y se refería a que cada milésima parte de nuestro cuerpo se reconstruye día a día gracias al alimento que ingerimos. No es correcto alimentarse de animales siendo el ser humano vegetariano por naturaleza. Si reconstruimos nuestras células con cadáveres animales también adquirimos sus instintos y hábitos.

Algunas frases de vegetarianos famosos:
“Al cabo de un año de haber dejado de comer carne, mis nuevos hábitos me proporcionaron placer y deleite. Además me parece que se ha venido desarrollando mi capacidad intelectual”.
Lucio Anneo Séneca

“Una dieta vegetariana nos proporciona energía pacífica y amorosa, y no sólo a nuestro cuerpo; sino, sobre todo, a nuestro espíritu”.
Pitágoras

“Si un hombre aspira a vivir una vida más amorosa y espiritual; su primera decisión debería ser la de abstenerse de matar y comer animales”.
León Tolstoy

“Los criminales, luchadores y malhechores acostumbran comer abundante carne para así endurecer su conciencia y ser más eficientes en sus nefastas acciones”.
Jean Jaques Rousseau

“Nada beneficiaría más a la salud humana que la evolución hacia una dieta vegetariana”.
Albert Einstein

“Es increíble y vergonzoso que ni predicadores, ni moralistas eleven más su voz contra la bárbara costumbre de asesinar animales y además comérselos”.
Voltaire

“Si los mataderos tuvieran paredes de cristal, todos seríamos vegetarianos”.
Paul McCartney