Si bien es cierto que el pan, al igual que todos los
cereales, siendo un hidrato de carbono aporta calorías a la dieta, es más lo
que alimenta que lo que engorda, además de saciar el hambre.
Es importante que el pan que comamos no sea un simple
complemento sino un alimento completo por lo que es mejor prepararlo en casa
con harina integral o con harina común
añadiéndole salvado y germen de trigo.
Yo como alrededor de 300 gramos de pan por día,
todos los días. Lo hago yo misma con salvado y germen de trigo. También le
añado: harina de centeno, de soja, avena, semillas de lino, chía, sésamo
integral, sésamo negro, semillas de girasol, de amapola y nueces, a razón de 1 cucharada de
cada uno de éstos por kilo de harina. Enlace a mi Pan Integral.
Como ven es un pan pesado pero me deja muy satisfecha,
nunca me quedo con hambre y no estoy gorda.
Lo que en realidad nos engorda son los dulces y las
grasas. Si podemos evitar comer tortillas, bollos, media lunas, pasteles,
frituras y todo lo que contenga azúcar, manteca o grasas saturadas podremos mantenernos
en buen peso sin pasar hambre.
Un buen pan hecho con su fibra aporta vitaminas (A,
B1, B2, B6, D, E, K); minerales (hierro, fósforo, calcio, sílice, potasio,
magnesio); y proteínas. Si además lo enriquecemos con semillas estaremos
comiendo un alimento completo y nutritivo de primera calidad.
Al pan es mejor comerlo tostado o hecho el día
anterior porque se digiere mejor.
Varias tazas de té verde por día son un excelente
complemento que nos hace eliminar el exceso de líquidos, además de ser antioxidante.
Como dato curioso: en la Edad Media se consumía
entre 1 y 1,5 kilos de pan por persona y día, cantidades que han ido
disminuyendo a medida que comenzamos a preparar platos más elaborados, hasta
llegar a los escasos 50 o 100 grs. que se comen actualmente.
Referencia científica sobre la importancia de consumir pan a diario:
"El pan debe formar parte de la dieta"